Erase una vez un cajón en el que vivían unos cubiertos muy malos. Cuando la familia comía sopa y utilizaban a doña cuchara, se que daban sin sopa porque ella se la comia toda, era su plato favorito. Al cuchillo le gustaba la carne, al tenedor los macarrones, a la cucharilla las tartas. La familia no podía comer nada de esos deliciosos platos. Solo comían verdura y puré.
Un día el hijo pequeño propuso cambiar los cubiertos. A todos les pareció una idea buenísima. Al día siguiente fueron todos juntos a la tienda y compraron los cubiertos más bonitos que allí había. Llegaron a casa y los pusieron en el cajón. Los viejos cubiertos se quedaron en el fondo para siempre.
La madre preparó macarrones y un pastel riquísimo. Los nuevos cubiertos no hicieron ninguna travesura y la familia pudo disfrutar de comidas que nunca había degustado.
Y colorín colarado, este cuento se ha acabado.
MARTA INSA PRAT
No hay comentarios:
Publicar un comentario