domingo, 25 de noviembre de 2012

Los cubiertos de la cocina.



                                             
                                  LOS CUBIERTOS DE LA COCINA.

  Erase una vez una cuchara muy inteligente y buena que vivía y trabajaba en la cocina de una casa de 
  Zaragoza.

  Esta cuchara era la que organizaba a los cubiertos, les decía cual tenia que salir del cajón, en que orden, 
  si volvían sucios les hacia meterse en la fregadera o en el lavavajillas y sobre todo por las noches antes 
  de dormir contaba todos los cubiertos por si faltaba alguno, ya que un día se perdió con la basura
   una cucharilla de café. Si era así mandaba  a sus dos guardaespaldas, cuchillo  y tenedor que eran 
   los cubiertos mas fuertes, a buscarlos.
  
  Un día  a la señora Julia, la dueña de la casa, su marido le regaló una cubertería nueva. Esta cubertería la 
  usarían solo para grandes acontecimientos. En esta cubertería había otra cuchara que también organizaba
  a los demás cubiertos, pero era malvada.

  El domingo siguiente tuvieron invitados y comieron con los cubiertos nuevos. Cuando recogieron la mesa y llevaron los cubiertos a la fregad era había algunos de los cubiertos diarios, entonces la cuchara malvada se burló de ellos y les decía  tenéis poco brillo, que feos y pequeños sois. Una cucharilla de café   que estaba detrás de un plato, fue muy deprisa al cajón de los cubiertos para avisar a la cuchara buena, entonces la cuchara buena fue con sus dos guardaespaldas, cuchillo y tenedor, a ver que ocurría y poner algo de orden en el fregadero. Allí observo que la cuchara malvada se estaba burlando de los demás cubiertos. Tuvieron una discusión y en un empujón la cuchara malvada salto por encima del fregadero, cayo al suelo y se  abollo.

  La señora Julia entro a la cocina, vio a la cuchara malvada en  el suelo con una abolladura y pensó que ya
  no valía para la cubertería de invitados, la tiró a la basura. La cuchara buena vio lo sucedido y la rescató 
  con la ayuda de cuchillo y tenedor. Llorando de alegría la cuchara malvada  le pidió perdón a la cuchara
  buena y desde entonces son grandes amigas y organizan juntas el cajón de los cubiertos de diario.

       Raul González Martínez.  4º B.
  



      

No hay comentarios:

Publicar un comentario